lunes, 7 de abril de 2008

Una, dola, tela, catola...

No he saltado a la comba pero he subido tan alto que casi me quedo allí, en el limbo. Que la A sirve lo mismo para amigas que para amor y abismo. Que de pronto, en Atocha, alguien te pone la mano en el hombro y la ciudad desaparece y sólo quedan las estatuas y las musas. Y no puede ser, ya lo dije, que ésta sea tu mano y éste sea mi hombro. Y no puede ser que os abrace y me reviente por dentro. Y no puede ser que las caras se cansen de tanto sonreír. Y no puede ser que estemos, por fin, las tres juntas en Madriz.
Y no pueden ser mejores las vistas desde la million dollar azotea. Y no puede ser que a mis niños les brillen tanto los ojos, no hay manera. Y no puede ser ese cuerpo el de Fer boca abajo o como sea. Y no puede ser que las horas se caigan tan deprisa por la ventana de la cocina. Y no puede ser que de repente sean las seis de la mañana, ¡joder, si todavía casi no te he contado nada!
Y no puede ser, pero qué bonito sería.
Y no puede ser que tenga yo tanta suerte disfrazada de princesa. Y no puede ser que ya no estéis, que se haya terminado la sorpresa. Y he estado a punto de creer que sólo ha sido un sueño, pero no puede ser porque mi casa también se ha quedado con cara de tonta, y me ha guiñado un ojo esta mañana, me ha alborotado el pelo y nos hemos muerto de risa, y después se ha hecho un silencio y ha sido entonces, tras tres días de exquisito vuelo, cuando se ha acabado el salto y he tocado con la punta de los pies el antiguo y desvencijado suelo.

1 comentario:

Primavera dijo...

Hoy me he levantado y no hay sol,
y esa flor que tanto me gusta en mi jardin no ha salido...
La hecho de menos...
Te hecho de menos...