jueves, 24 de abril de 2008

Más cuentos


Despedida

Silvia vivía con el silbato de aquel maldito tren metido en la cabeza. La operación sería dentro de tres días.


El bache

Fue durante esos días libres que pasaba al borde mismo del mar. Aquel bache, de camino a aquella cala, se grabó en alguna parte de mi estómago. Todos los días en blanco del verano, cuando me evaporaba, mi coche y yo trotábamos por encima de ese montículo siempre inesperado. Llegué a pensar que se cambiaba de sitio por las noches, como las mareas, que nunca devuelven la orilla al punto exacto. Cerraba los ojos justo cuando alcanzaba la cima y al bajar, un pequeño desmayo me anunciaba que algo estaba a punto de llegar. No sabía entonces que algo serían tus caderas, esas primas hermanas de aquel bache.


P.D. Flores, se me pasó Sant Jordi, el día del libro y el día de ayer, así que mi homenaje a las letras llega con retraso pero con todo el alfabeto a sus pies. Verbos y sustantivos vestidos de gala y las vocales como presentadoras del evento: ellas siempre tan protagonistas.


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