lunes, 5 de mayo de 2008

Me gustaría despertarme pero...


La base está elegida. Cristina encuentra el lugar, que para eso tiene esos ojos que tienen que ver, seguro, más de lo normal. Nosotros sólo tenemos que llegar y llegamos a ViÑaRobledo cargados de sandías, melones y pavo, mucho pavo encima, como cuando se tienen quince años y casi no pisas el suelo. No nos hacen ningún control y por eso venimos dispuestos a perderlo. Reencuentros y desencuentros. Frío polar que se mete en los huesos por la noche y que se derrite más tarde por culpa del calor mañanero que abrasa las plantas de los pies. Quien dice que en una tienda de campaña entran tres es porque no sabe que al final caben cuatro o incluso menos. Antonio llega como SEPTIEMBRE LLEGA CON SU ¡OH, DIOS MÍO! Y al pobre jabato no le muerde ningún gato porque aquí como mucho hay perros y koalascolgaos’. Aparición estelar de El Gran Fer que se convierte en perroflauta por cinco días. Ninguno de los puestos ambulantes e improvisados vende películas. Mierda.

La gente se reproduce por segundos y sin sexo de por medio o sí, quién sabe, porque por aquí no existe la virgen María, ni de ningún otro nombre. Cierras los ojos, pasan dos segundos, abres y ha crecido una nueva casa de caracol a tu derecha. Salen de debajo de la tierra, igual que las piedras que se clavan más tarde en el coxis. Celebramos la reunión con unos tragos de ron que han traído Carla y Ángel en el coche del alcohol, que para eso somos piratas y venga, todos a dormir, que nos esperan unos días de maratón Y VAMOS A BEBERNOS HASTA LAS COPAS DE LOS ÁRBOLES Y A TOMAR DE TODO MENOS DECISIONES eso sí que no. Se hace de día y hay que estrenar el camping gas o Mario volará por los aires todo esto, pero espera un momento, que no está aquí y Fer tampoco, que han ido de visita a una carpa llena de almas errantes que no quieren que nadie pise lo que no existe.

Madre mía, y Felipe sin llegar y muchos creen que es un amigo imaginario porque su tienda es fantasma y no paramos de pedir líquidos a cambio de dudosas promesas de la llegada de ese hombre. Unas tostadas y vamos conociendo a los vecinos antes de las inevitables nominaciones: hay que tener argumentos si vas a arruinar la vida de alguien. Hay también energía de sonrisa en el aire y esto acaba de empezar. Un refugio internacional, con canadienses de piernas largas incluidas. Repasamos el programa para olvidarlo justo después, menos mal que un integrante metalero de la banda del ratón ha hecho un cuadro que bien podría colgarse en el Prado. Horarios que se nos escapan porque el reloj se quedó en el atasco, aunque Karli intente hacer una coreografía en el coche y se deje la cabeza contra el salpicadero. Lo importante es la pasión y la vida ahora es sólo estar, SIN PENSAR EN RESPIRAR SIQUIERA, algo que, por cierto, se complica por culpa del polvo del desierto que levantan los búfalos al pasar.

Excursiones al baño, ese gran pozo de desperdicios humanos. Por una vez, la procesión de urbanitas comenta sus necesidades más sucias en voz alta con una naturalidad que no se escucha en los pasillos de las oficinas. El cuerpo está en primer plano y lo que hay es lo que hay y si un gran toldo te hace sombra no le envidias, le aplaudes. Se invierten las reglas del juego y no las reglas de las niñas que están todas completamente contagiadas. La rivalidad se queda en los cajones de las mesillas de noche y lo tuyo es mío y lo mío es tuyo y lo nuestro es sólo nuestro.

Al final llega Felipe con la bella Lucía bajo el brazo y las botellas de agua y los dos mil litros de risas. El equipo está al completo y hoy juegan hasta los suplentes porque aquí no hay árbitro que valga aunque llevemos un silbato por si se pierde, ya digo, el jabato, que no muerde, sólo besa y abraza de vez en cuando. Vemos a Nach y a no sé quién más porque al final no me aprendí el jodido programa y no recuerdo el orden de las batallas sólo sé que hubo una gran guerra y que los chalecos antibalas se quedaron en una de las trincheras. Kusturica, ya recuerdo, nos hace volvernos locos: saltos e interpretaciones de película de indios y vaqueros. Y la farmacia no está en casa, está en vuestras bolsas de plástico porque cada uno toma impulso a su manera y me dicen mexicana y todavía no sé el porqué pero órale pinche cabrón, tu madre, sí, tú lo dijiste, ¡es una reputa maravillosa y tú un showman! Los físicos más débiles se resienten tan temprano que mi garganta se chiva al primero que pasa y, sin embargo, los químicos, aguantan estoicos por a saber qué fórmula secreta.

Llega la retirada a destiempo y unos se quedan por sorpresa, con Antonio, Blanca y Alberto, que me presta, elegante, su nombre por un rato. Otros se quedan solos y otros se quedan enganchados a un cable de la luz o en una fiesta de zombis. El caso es que todos vamos quedando unos con otros y yo me llevo mi saco de excursión, casi sin permiso y casi por error.

VEN QUE VAMOS A HACER UN PACTO YO Y TU SONRISA, aunque sea en horizontal, porque así nos pasamos las horas, cambiando de postura las rodillas en la lucha desesperada contra la parálisis. Hay quien intenta dormir la siesta y hay quien intenta seguir de fiesta pero los intentos, ya se sabe, son siempre intentos. Ya es viernes, me parece, y me dejo cosas en el tintero pero es que he descubierto que la memoria es más débil todavía que la carne.

Decidimos ducharnos por el qué dirán, sobre todo qué dirán nuestros calcetines que dicen ya sus primeras palabras y nosotros, los padres de esas criaturas, orgullosos, babeando, los grabamos en vídeo para no olvidar ese momento solemne. Las chicas esperan cola para entrar a esos baños turcos en los que hay de todo menos cola. Resucitamos en forma de agua y estamos listas para volver a ser guerreras. El Bicho nos pica tarde y no me estremece como lo hacen algunos mensajes intempestivos, pero aún quedan los sacacantecas que casi nos matan de gusto. Hay miradas que atraviesan de lejos, aunque nunca antes lo hubieras imaginado. El estómago es así de caprichoso, te hace cosquillas cuando estás desprevenido. Traidor. Esos bailes, la peluca rosa, la locura colectiva... todo era una premonición: ESTE ES MI CANTO A LA VIDA, DE ESPERANZA ,ALEGRÍA, FUERA DE TRISTES MENTIRAS Y OSCURAS PASIONES Y LLENAS DE SONES Y SONRISAS. Y así nos pasamos la noche, como nos dijeron ellos: CANTANDO, RIENDO, SOÑANDO, ALEGRANDO, SINTIENDO, OBSERVANDO Y MIRANDO MUY ARRIBA. Los pelos de punta, la sensación de estar por una maldita vez donde teníamos que estar, la compañía de vuelo preferida y no es Iberia, claro que no, y las ganas de congelar el tiempo. Y... ¿QUÉ SE LE DICE A LA GENTE QUE LLORA? Pues que llore, que es bueno de vez en cuando, pero que llore más tarde, otro día, porque aquí sólo caben las lágrimas de risa, las de partirse por la mitad, las de no dejar dormir a nadie en un kilómetro a la redonda y las de ver cómo se van uniendo insomnes a la guitarra del maestro Ángel y a su risa alborotada que me asesina. Creo que la inspiración es eso que aparece debajo de una piedra incómoda antes incluso de haber tomado aire y que deja a todos los presentes empachados de oxígeno. Y qué voz, y qué manera de tocar y de cantar y de estar en el origen de nosotros mismos. Brillante pelea entre Fer y Felipe y sus respectivas. TODO EL RATO UN RATO mágico, con las voces más bonitas en ese duelo inolvidable, sonidos que te tocan por debajo de la piel y otras voces no tan cuidadas pero igual de transparentes que hacen homenajes a un mamut o a lo que sea con toda la emoción del mundo en las cuerdas vocales. Qué manera de cerrar los ojos la de Antonio al cantar para decir, aunque sea con las palabras de otros, todas esas cosas que se llevan dentro y que te quitan a veces las ganas de inspirar. No es el caso de esta noche, esta noche hay ganas de estar y de no terminar, porque no se ve el fin y sí se ve el sol que ya calienta y de aquí no se mueve naide.

Pero todo se acaba, y se acabó aquella mañana y este cuento que estoy contando tiene que acabar también porque no va a haber quién lo lea y porque no todo se puede explicar y hay cosas que cada uno almacena como puede como quiere o como debe o como le caben y el resto del festival que lo complete cada uno en su cabeza o en un papel o en una lata de atún.

De ahí en adelante sólo recuerdo mis recuerdos, mi descubrimiento particular, mi nostalgia permanente, recuerdo el color que deja pasar todos los colores, con ese OJALÁ NO TU HUBIERA CONOCIDO NUNCA, que ojalá, mejor dicho, te conociera mil millones de veces. Me quedo con que CANTANDO YO ME PONGO BIEN, que gracias a la casualidad casi me desmayo al oírlo y todo porque me lo debía el universo, porque me estoy portando bien, porque me estoy queriendo como nunca y aunque estoy perdida por fin me he encontrado, fíjate, en el país de nunca jamás y todo gracias a vosotros y me vuelvo a sentir princesa y QUE LE JODAN AL ESPEJO.

Me quedo también con mi visita al pueblo con nuestros dos vecinos, con el ruido de unas chanclas y las piernas de personas o similares tumbadas en cualquier portal. Me quedo con mi cara de ladrona, de allanaMiento de mirada, con mi cepillo de dientes en medio de un concierto, con las manos agrietadas, con la nariz pelada de tanto papel de cocina, con el monedero vacío, con el cuerpo derrotado, con la ropa llena de mierda, con la sensación de ser muy afortunada, con la cabeza más alta de toda la miserable ciudad, con el amor en la mano y con la música resonando mientras pasan por mi cabeza las imágenes de estos cinco días de paz y de guerra. Bandera blanca por un tiempo pero no os relajéis camaradas, porque también las treguas se acaban.

ES LA VIDA SIMPLEMENTE ÁMALA, LLÁMALA, DETENTE A MIRARLA. Palabra de violadores del beso. Amén.

P.D: Yo también VOY A LIBERAR VERSOS PRESOS, eso ya lo tengo decidido hace tiempo. Eso y que os admiro a cada uno por lo que os hace diferentes, por lo que aprendo al mirar de cerca vuestras caras bonitas.

P.D. 2: Siento la enorme extensión de este resumen pero era imposible hacer pequeño algo tan grande.


Viñarock 2008: Carla, Ángel, Lucía, Felipe, Karla, Mario, Fer, Ana, Antonio, Cristina, Blanca, Alberto, Ángel El Maestro, AGuada (con perdón), Gerar, Félix, Laura y su compañera percursionista (no recuerdo el nombre, la memoria... otra vez...!). Ah! Y un último aplauso también para los vecinos de mus, ducados y vodka a todas horas y esas vecinas atrapadas en la tienda con la pipa de fumar...

3 comentarios:

El niño dijo...

Ole, me has puesto los pelos de punta, o será porque tengo el aire acondicionado puesto, nose, pero me ha encantado

Carla dijo...

No hay mejores palabras para explicar algo tan grande. Gracias!!!!!

Miss Garner dijo...

Se oyen aplausos, aplausos y más aplausos. Bien! ,bien! bravo!.... es lo que se escucha detrás del espejo.....