jueves, 25 de septiembre de 2008

"... con su oh dios mío..."

Este septiembre cabizbajo,
con sus peludas manos atrás,
de un lado a otro del pasillo,
va a conseguir sacarme de quicio
y mira que no hay quién me saque de ahí.
No es como el loco de abril
o el canalla que llega en junio,
pero es que prefiero incluso
al taciturno de cada enero
que a este pensante aburrido
que me llena la cabeza de planes
para luego lloriquear desde el suelo
abrazarse rabioso las rodillas
y salir después dando un portazo
para que pase el sumiso de octubre
y se ocupe, como siempre,
de arrelgar los daños: los años.

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